Editorial:
En las últimas semanas a tomado relevancia la propuesta de conformar una Sociedad de Naciones, en la cual dirimir todo tipo de conflicto internacionales en pos de una convivencia pacífica entre las naciones todas.
Muchas han sido las propuestas, por parte de varias de las naciones más poderosas del orbe.Aunque por ahora al menos, todo parece indicar que las tradicionales grandes potencias mundiales, apelan a la demagogia y el discurso, subestimando la inteligencia de todos, ya que claramente y en base a lo que se puede vislumbrar tras bambalinas, de sus declaraciones y propuestas, su intención es generar un organismo que legitimize ante el mundo sus ya harto conocidos abusos de poder.
Cabe destacar que en todo este lío, solo una de las grandes naciones muestra verdaderas ideas revolucionarias que cambiarían, para bien, la forma en que hoy día se resuelven las diferencias entre naciones, generalmente a puro sablazo y abundante derramamiento de sangre y esta gran nación no es más que ¡Francia!.
En este proyecto de crear, la ya polémica ¨sociedad de naciones¨, Francia a presentado, en su propuesta, una verdadera herramienta de consenso y arbitraje internacional, para augurar un futuro aggiornado por la paz, la prosperidad y la libertad a todas las naciones del mundo, sin importar su capacidad económica o militar.
Por otro lado, mucho se habla actualmente sobre la relevancia y peso de los EEUU o los EECC y es opinión de este editor, que la grandeza de una naciòn no solo está determinada por su capacidad económica y militar, menos aún cuando es recientemente heredera de estos recursos que nadie sabe cómo utilizara! estas próspera y reciente naciones aún no comienzan a caminar su propia historia ni consolidar las bases de una naciòn, como para andar indicando a otros con siglos de historia, cuál es el derrotero a seguir en el plano internacional. El camino para ser relevantes en la historia mundial, es largo y arduo, donde cada nación se debe ganar su espacio y este proceso lleva muchos años o incluso siglos!.
Finalmente como corolario de todo lo hasta aquí humildemente expresado por este editor, los recientes sucesos acontecidos en Portugal, demuestran que, si es real la intención de las grandes naciones de crear una sociedad que ayude a dirimir todo tipo de conflictos, urge que la misma se puesta en funcionamiento, ya que cuando los lobos huelen sangre, poco queda esperar para que salgan de cacería.