A las 6.30 p, del pasado 22 de enero, en la Residencia Real de Osborne House, ha fallecido a los 81 años de edad su Majestad Imperial la Reina Emperatriz Victoria. Su muerte no ha sido sorpresiva dado que su salud había ido sufriendo un progresivo declive. No obstante su desaparición sume a la Nación en un estado de shock porque gran parte de su pueblo no ha conocido otro monarca luego de los más de 63 años de reinado de su Majestad Imperial.
Su Majestad Imperial había concurrido a Osborne House, en la Isla de Wight, su residencia favorita, donde había pasado en compañía de distintos miembros de su familia las fiestas de Navidad y Año Nuevo. En sus minutos finales se encontraban presentes su hijo Eduardo, Príncipe de Gales y su nieto mayor, el Emperador de Alemania Guillermo II, en brazos de quien Su Majestad Imperial abandono su existencia terrena.
Tras sus 63 años y 7 meses de reinado, la Reina Victoria ha marcado una era en la historia del mundo y ha llevado de su sabia mano al Imperio a su máximo esplendor. Durante su reinado y gracias a su visión de futuro, el Reino Unido ha desarrollado una profundamente educada clase media, que han propugnado infinidad de avances en lo industrial, lo científico, lo militar por solo nombrar algunas áreas. Ha sido de su mano que las comunicaciones a nivel mundial se han desarrollado.
Su llegada al trono como heredera de su tío Guillermo IV en 1837 estuvo signada por los niveles más bajos de popularidad de la monarquía desde el siglo 17. Hoy, cuando una Nación alrededor del mundo civilizado llora su desaparición, la Corona ha alcanzado nuevos niveles de prestigio y afecto mientras el Reino Unido gobierna el mundo.
La ProcesiónEl 01 de febrero, el ataúd de Su Majestad Imperial fue trasladado a bordo del yate real “Albert” desde la isla de Wight a Portsmouth, siendo su arribo a puerto saludado por una salva de disparos de las unidades de la Royal navy presentes en la base naval. El Príncipe de Gales y el Emperador Guillermo siguieron al yate real en el “Victoria & Albert”. Al día siguiente, el féretro fue embarcado en tren con destino a Londres, acompañado por Lady Lytton. Muestras de dolor acompañaron todo el cotejo y en varias ocasiones el tren hubo de detener su marcha ante la cantidad de súbditos vestidos de negro que, arrodillados, veían pasar el tren en las estaciones.
La procesion abandona Victoria Station luego del traslado desde PortsmouthUna vez en Londres, las multitudes se reunieron para ver el ataúd, llevado sobre una cureña de artillería y tirado por 8 caballos a la usanza militar y decorado con la corona imperial, el orbe, el cetro y el collar de la Order of the Garter. El féretro fue llevado en una cureña por las calles de Londres, tal el deseo de Su Majestad Imperial y fue acompañado por el Príncipe de Gales, el Zar Nicolás II , el Presidente de la República de Francia, Émile Loubet , lel Sr. Presidente de la CSA y su homonimo de La Union, el Káiser Guillermo II, el Rey Jorge I de Grecia, el Rey Carlos de Portugal, el Rey Leopoldo II de Bélgica, los Principies de Rumania, Grecia, Dinamarca, Suecia y Siam, el Archiduque Francisco Fernando, el Gran Duque Miguel Alejandrovich y el Duque de Aosta.
Fotografía estereoscópica de la procesión funeraria por las calles de LondresLa procesión arribo a la Capilla de San Jorge en Windsor donde el féretro fue velado a lo largo de dos días, no pudiéndose cerrar en ningún momento la Capilla debido al incesante publico que daba sus muestras de dolor frente al féretro. Luego de las palabras finales del Arzobispo de Canterbury, el féretro fue trasladado al Mausoleo de Frogmore en Windsor Great Park. Al momento de dejar el féretro en el mausoleo, comenzó a nevar…
Mausoleo de Frogmore