Junio de 1898
La columna del Sultan se dirigía al fuerte de
Ibri donde esperaba aprovisionarse en su marcha hacia el interior. Cuando la columna llegó, buena parte de las dependencias del fuerte se encontraban ocupadas por una caravana de comerciantes árabes.
De inmediato los oficiales de la expedición se apresuraron a entrar en el fuerte y encararse con os comerciales para, con la escusa de ser la autoridad enviada por el Sultan para recaudar impuestos hacerse con un buen pellizco de dinero.
Lo que estaban lejos de imaginar las ropas leales al Sultán era que los mercaderes iban armados, estaban dispuesto a dar problemas y que la guarnición del castillo tenía vínculos tribales mas fuertes con los mercaderes locales que con el pusilánime Sultán en Mascate.
Los oficiales leales al Sultán se vieron de pronto atrapados entre el fuego cruzado de la guarnición, el de los árabes y sin opciones. El resto de la tropa, que se encontraba fuera del fuerte no pudo reaccionar a tiempo, vio como las puertas se cerraban mientras en el fuerte disparaban sobre ellos, casi la mitad de la expedición falleció en el combate inicial, cuando parte de la población local se unió al tiroteo desde el flanco desprotegido de la expedición de castigo. Entre la mitad superviviente, muchos mas caerán después tras la persecución de los locales.