La nación herero tiene que abandonar el país, y si no lo hace, la obligaré por la fuerza. Todo herero que se encuentre dentro de territorio alemán, armado o desarmado, con o sin ganado será fusilado. No se permitirá que permanezcan en el territorio mujeres o niños, y se les expulsará para que se unan a su pueblo o serán pasados por las armas. Estas son las últimas palabras que dirigiré a la nación herero, como ilustre general del poderoso Emperador de Alemania.
Los nama que decidan no rendirse y osen dejarse ver en territorio alemán serán asesinados hasta que el último caiga. Aquellos que, al comienzo de la rebelión, hayan cometido homicidio en contra de los blancos o hayan dado la orden de hacerlo, por la ley, serán ejecutados. En cuanto a las pocos que no se hayan rendido para ese entonces, pagarán su osadía de la misma forma en que lo hicieron los herero, que en su ceguera creyeron poder tener éxito en una guerra contra el poderoso emperador alemán y el gran pueblo alemán. Les pregunto, ¿dónde están los herero hoy?
Lothar von Trotha (1848-1920) - Militar alemán ante el genocidio herero y nana.