Septiembre de 1892
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Banda sonora para la primera parte del relato
aquí.
Touré conoce el recorrido del rio Niger a su paso por Tombuctú, Sabe que a escasos 60 km de la ciudad el río serpentea por una zona de meandros, con muy baja profundidad y velocidad variable, es el lugar elegido para jugar la carta de la emboscada.
Una ingente cantidad de rocas han sido dispuestas en la zonas con mayor curvatura de los meandros, por donde espera las barcazas intentarán avanzar y por donde no tendrán ocasión de esquivar la escollera artificial creada.
Una ingente cantidad de arboles han sido talados y atados formando una barricada en la parte mas estrecha del meandro. Pequeñas balsas con depósitos de una brea inflamable han sido estratégicamente ubicados entre los troncos.
La orilla del río ha sido desbrozada, dejando tras de sí una embarrada planicie de inmejorable visibilidad para aquel que aceche el río tras la maleza no desbrozada.
La élite del ejercito Samory ha sido desplegado en dicha orilla, y oculta tras la vegetación.
La columna francesa ha retrasado intencionalmente su llegada para que coincida con el Alba, pero de poco le ha servido en tanto que días antes fueron detectados y les estaban esperando.
Los primeros disparos de los Samory carecían de precisión alguna, su única intención era provocar la respuesta francesa que acabara de delatar su posición, así como atraer su atención.
La segunda estratagema, provocando la explosión de las balsas con brea ha dado también resultado por lo que las barcazas francesas, tratando de evitar cualquier depósito inflamable, han entrado por la parte exterior del meandro provocando la colisión de las dos primeras barcazas.
El resto de barcazas han sabido maniobrar a tiempo y dirigirse a la orilla para esperar lo inevitable, el ataque del enemigo.
Las mismas planchas de madera utilizadas como cobertura por los franceses está arrojada al suelo para ser usada como pasarela, evitando a los soldados en primera instancia hundir sus piernas hasta la rodilla en el terreno fangoso y avanzar con más velocidad y orden del deseado por Touré.
La primera oleada Samory en la que será conocida como la batalla de Tombuctú ha sido aterradora, los guerreros se han abalanzado sobre los soldados de las primeras barcazas encalladas que luchaban por mantenerse a flote y que poca resistencia han podido hacer. Mientras que la caballería saltaba sobre los primeros arbustos para caer con furia contra las tropas de las siguientes barcazas que intentan desembarcar sin perder la formación y manteniendo la cadencia de fuego. Sangre, barro y vísceras es la imagen que mejor relataría esta escena en a que los franceses fueron obligados a combatir en el peor escenario, es decir en condiciones de igualdad.
Para las segundas y terceras oleadas las barcazas ya han sido desplegadas formando un improvisado parapeto, pero estar varados en una orilla cenagosa, con una serie de piras de brea incendiadas les convierte en blancos altamente visibles y sumamente lentos. Por lo que las bajas del cuerpo expedicionario se siguen contando por centenas y su precaria situación no mejora. Hacen pagar muy caro a los nativos cada uno de sus asaltos, pero si la situación no da un vuelco inesperado, temen acabar siendo pasto de los cocodrilos. Su mirada se dirige hacia donde debiera estar Tombuctú.
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Banda sonora para la segunda parte del relato
aquí.
Como ocurre siempre en las grandes gestas de la legión, tras padecer largas horas de cargas y contracargas los soldados escuchan tras las lineas Samory cantar
Le Boudin cantada por los últimos supervivientes del grupo de Alfred Kalb, reforzado por numerosos guerreros Tukulor que tras un año de asedio han aprendido a cantar, y por lo visto, a luchar como legionarios.
Las tropas Samory, al ver que el cerco ha sido roto por los sitiadores y que se enfrentan a un ataque por dos frentes no pueden hacer otra cosa que batirse en retirada. No sin dejar tras de sí la nada desdeñable cifra de más de tres mil legionarios caídos. Las bajas nativas no obstante superan las diez mil, y Touré, desgraciadamente, se encuentra entre ellos. Ala reciba en su
Al-Yanna a este héroe y villano de su época al que el destino le hizo enfrentarse a un enemigo incomparablemente superior.